
Muchos de los grandes maestros de Budo comprendieron esta verdad.
Así pues muchos de ellos abandonaron el sable y regresaron a trabajar la tierra.
Vivimos en una sociedad de despilfarro, con cenas instantáneas y vajilla descartable; cualquier exceso de pereza y egoísmo constituye un crimen contra la naturaleza. Todos somos criminales, nos estamos asesinando a nosotros mismos. La paz y la armonía no suponen un juego de lógica. Sólo a través de la paz y la armonía, así como de un profundo respeto por las leyes de la naturaleza, podremos salvar nuestras vidas, las vidas de nuestros hijos y la de los hijos de nuestros hijos.
Ésta es la enseñanza de O’Sensei.
Ésta es la razón que me impulsó a escribir este libro. Fragmento prefacio Aikido o la armonía de la naturaleza. Mitsugi Saotome.
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